El turismo eco-sostenible te permite cuidar la naturaleza
y disfrutar tus vacaciones
Por Liliana Costa
Colaboración especial
sobre turismo
Hay pocas
actividades que cuenten con tanto éxito de cara al tiempo libre como el
turismo, ya que viajar por placer se ha convertido para muchos en una de las
opciones más apetecibles de cara a nuestras vacaciones.
Después cada
cual es libre de hacer en sus viajes lo que quiera, sólo hay que buscar en las paginas de clasificados
online o en agencias de viajes más
tradicionales para ver la enorme oferta que se abre ante nosotros.
Habrá quien
prefiera visitar una importante capital, llena de museos y tiendas, mientras
que otros optarán por recorrer a pie un bosque o una selva, sin olvidarnos de
quienes simplemente quieren tumbarse al sol, ya sea junto al mar o una piscina.
Pero entre estas opciones de turismo: el cultural, el
natural y el de descanso, está ganando mucho último peso el segundo, ya que
cada vez son más los que quieren aventurarse en la riqueza natural de nuestro
planeta, descubriendo todas las maravillas, obvias y ocultas, que nos ofrece la
flora y fauna mundial.
La opción de
visitar una gran ciudad siempre ha estado ahí, del mismo modo que el turismo a
zonas puramente confeccionadas para turistas, auténticos microcosmos, son un ya
un clásico. Pero por su parte, la naturaleza sigue manteniendo un halo mágico,
algo que hace que nuestro viaje sea algo más, convirtiéndolo en una auténtica
aventura.
De este modo, el turismo de naturaleza tiene algo en común
con los antiguos exploradores que se adentraban en entornos tan salvajes como
una selva tropical, un desierto kilométrico o una zona glacial.
Aunque afortunadamente también existen las diferencias,
pues mientras los antiguos exploradores del siglo XIX y principios del XX se
entretenían matando toda criatura viviente, sin preocuparse por su impacto en
el medio natural, hoy el día el turista es mucho más responsable.
Es lo que llamamos turismo eco-sostenible, mediante el
cual, el explorador se convierte en un conservador de la zona visitada,
intentando que su estancia en la misma sea más beneficiosa que perjudicial para
la misma.
Ser un turista eco-sostenible no quiere decir que tengamos
que convertir nuestras vacaciones en un trabajo no remunerado, sino que
llevamos a cabo pequeños cambios en nuestros hábitos turísticos para que
nuestra estancia no dañe el entorno, con el objeto de que otros turistas puedan
visitar y maravillarse las mismas riquezas naturales. El turista eco sostenible primero debe ser tan ecológico
en su viaje como en su casa, algo tan sencillo que se puede resumir en cerrar
el grifo mientras nos lavamos los dientes o en reciclar nuestra basura. Pero
hay otros consejos que nos harán incluso más ecológicos.
Quizás lo más importante a la hora de visitar un entorno
natural sea preocuparnos por la sostenibilidad del mismo, de modo que siempre
serán más positivas unas vacaciones en un apartamento de alquiler
que en un enorme complejo turístico, ya que además de mezclarnos con la cultura
y sociedad local ayudaremos a la economía de la zona, en lugar de entregar
nuestro dinero a enormes multinacionales que sacarán los beneficios de la
región.
Este consejo es
aplicable del mismo modo a restaurantes y tiendas, ya que sus dueños locales
son más conscientes de la importancia de su riqueza natural, es más probable
que dediquen parte de sus beneficios a mantenerla, que no por nada es su
principal fuente de ingresos.
Así que por lo que se puede ver, el turismo eco-sostenible
consiste en buena parte en disfrutar más nuestro viaje conociendo más en
profundidad la riqueza cultural de nuestro destino.
Por último, no está
de más remarcar que muchas de las actividades que se ofertan como ecológicas
son un flaco favor a la naturaleza, por lo que siempre será positivo escoger
las actividades al aire libre con un impacto menos severo en el entorno
natural.
Así, en lugar de
contratar una excursión en vehículos todoterreno o alquilar una moto de agua,
podemos plantearnos realizar una ruta en canoa, en bicicleta o de senderismo,
lo que puede provocar menos adrenalina, pero sin duda nos acercará más a la
naturaleza de forma menos agresiva.
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