lunes, 8 de abril de 2013

UN TEMA SOBRE EL TURISMO MUNDIAL



El turismo eco-sostenible te permite cuidar la naturaleza y disfrutar tus vacaciones

Por  Liliana Costa
Colaboración especial  sobre turismo

Hay pocas actividades que cuenten con tanto éxito de cara al tiempo libre como el turismo, ya que viajar por placer se ha convertido para muchos en una de las opciones más apetecibles de cara a nuestras vacaciones.

Después cada cual es libre de hacer en sus viajes lo que quiera, sólo hay que buscar en las paginas de clasificados online o en agencias de viajes más tradicionales para ver la enorme oferta que se abre ante nosotros.

 Habrá quien prefiera visitar una importante capital, llena de museos y tiendas, mientras que otros optarán por recorrer a pie un bosque o una selva, sin olvidarnos de quienes simplemente quieren tumbarse al sol, ya sea junto al mar o una piscina.

Pero entre estas opciones de turismo: el cultural, el natural y el de descanso, está ganando mucho último peso el segundo, ya que cada vez son más los que quieren aventurarse en la riqueza natural de nuestro planeta, descubriendo todas las maravillas, obvias y ocultas, que nos ofrece la flora y fauna mundial.

 La opción de visitar una gran ciudad siempre ha estado ahí, del mismo modo que el turismo a zonas puramente confeccionadas para turistas, auténticos microcosmos, son un ya un clásico. Pero por su parte, la naturaleza sigue manteniendo un halo mágico, algo que hace que nuestro viaje sea algo más, convirtiéndolo en una auténtica aventura.

De este modo, el turismo de naturaleza tiene algo en común con los antiguos exploradores que se adentraban en entornos tan salvajes como una selva tropical, un desierto kilométrico o una zona glacial.

Aunque afortunadamente también existen las diferencias, pues mientras los antiguos exploradores del siglo XIX y principios del XX se entretenían matando toda criatura viviente, sin preocuparse por su impacto en el medio natural, hoy el día el turista es mucho más responsable.

Es lo que llamamos turismo eco-sostenible, mediante el cual, el explorador se convierte en un conservador de la zona visitada, intentando que su estancia en la misma sea más beneficiosa que perjudicial para la misma.

Ser un turista eco-sostenible no quiere decir que tengamos que convertir nuestras vacaciones en un trabajo no remunerado, sino que llevamos a cabo pequeños cambios en nuestros hábitos turísticos para que nuestra estancia no dañe el entorno, con el objeto de que otros turistas puedan visitar y maravillarse las mismas riquezas naturales. El turista eco sostenible primero debe ser tan ecológico en su viaje como en su casa, algo tan sencillo que se puede resumir en cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o en reciclar nuestra basura. Pero hay otros consejos que nos harán incluso más ecológicos.

Quizás lo más importante a la hora de visitar un entorno natural sea preocuparnos por la sostenibilidad del mismo, de modo que siempre serán más positivas unas vacaciones en un apartamento de alquiler que en un enorme complejo turístico, ya que además de mezclarnos con la cultura y sociedad local ayudaremos a la economía de la zona, en lugar de entregar nuestro dinero a enormes multinacionales que sacarán los beneficios de la región.

 Este consejo es aplicable del mismo modo a restaurantes y tiendas, ya que sus dueños locales son más conscientes de la importancia de su riqueza natural, es más probable que dediquen parte de sus beneficios a mantenerla, que no por nada es su principal fuente de ingresos.

Así que por lo que se puede ver, el turismo eco-sostenible consiste en buena parte en disfrutar más nuestro viaje conociendo más en profundidad la riqueza cultural de nuestro destino.

 Por último, no está de más remarcar que muchas de las actividades que se ofertan como ecológicas son un flaco favor a la naturaleza, por lo que siempre será positivo escoger las actividades al aire libre con un impacto menos severo en el entorno natural.

 Así, en lugar de contratar una excursión en vehículos todoterreno o alquilar una moto de agua, podemos plantearnos realizar una ruta en canoa, en bicicleta o de senderismo, lo que puede provocar menos adrenalina, pero sin duda nos acercará más a la naturaleza de forma menos agresiva.

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