lunes, 2 de mayo de 2011

UN PERIODISTA QUE LOGRO ENTREVISTAR A BIN LADEN








Taysir Alony
El 21 de octubre de 2001, Kabul era ya casi una ciudad fantasma. Dos semanas de bombardeos de los cazas norteamericanos y británicos habían reducido la capital de Afganistán a una escombrera. Pero a Taysir Alony ni los estallidos le hacían moverse de su despacho en la sede afgana de Al Yasira.
El periodista esperaba la noticia de su vida. Y llegó. Un guardia de seguridad llamó a su puerta y le dijo que varios árabes preguntaban por él. No querían entrar al edificio. Uno de ellos ya le había visitado días antes para ofrecerle una entrevista con cuestionario cerrado con el líder de Al Qaida. Y habían vuelto.
«Si quieres una noticia muy importante, ven». Taysir ni cogió su chaqueta. No le permitieron llevar móvil. Ni reloj. Le vendaron los ojos. Le cachearon. Y le subieron a un coche. Tres horas dando rodeos, botando por carreteras pedregosas, entre bombas caídas del cielo. Hasta que el coche se detuvo. Los hombres le bajaron. Le quitaron la venda.
Él abrió los ojos. Allí estaba. Osama Bin Laden, el hombre más buscado del mundo, listo para una entrevista. La vida de Taysir dio un giro aquel día. Para bien y para mal. Logró fama mundial con la exclusiva que la CNN emitió meses después.
Pero el misma 'scoop' lo puso en el punto de mira del juez Baltasar Garzón cuando ya era corresponsal de la cadena árabe en Granada. El juez lo detuvo en 2003 y el reportero acabó encarcelado bajo la acusación de financiar el terrorismo islamista.
Nacido en 1955 en Deir ez-Zor, una ciudad del noreste de Siria edificada sobre los márgenes del Éufrates, a Taysir Alony enseguida se le quedaron pequeñas la cría del ganado y la recolección de algodón, medios de subsistencia de sus paisanos.
Él aspiraba a más. Se licenció en Económicas. Y con 30 años se lanzó a ver mundo. En 1985 viajó hasta España para continuar sus estudios. Pero no tardó en tener que dejar de lado los libros para ganarse el pan. Ceuta fue su primer destino.
Trabajó como profesor de árabe y en la oficina de recaudación de impuestos de la ciudad autónoma. Y allí conoció el amor. En 1987 se casó con Fátima Zhora. Padres de cinco hijos, Taysir adquirió un año después la nacionalidad española.
El inquieto sirio no sintió la llamada del periodismo hasta mediados de los noventa. En 1996 se incorporó como traductor en el servicio en árabe de la agencia Efe en Granada. Ese fue su trampolín para convertirse en el hombre del canal árabe en España.
Y su camino profesional siguió desde ese instante por las zonas más 'calientes' de la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo islamista. Entre 1999 y 2001 fue el único periodista extranjero en cubrir el conflicto desde Afganistán. Sólo se marchó a Doha (Qatar) cuando las bombas destruyeron la sede de Al Yasira en Kabul. Pero en 2003 volvió a cubrir la guerra de Irak.
Hoy sigue residiendo en su casa granadina de Alfacar y continua ligado a la emisora de Qatar como «director de la oficina en España», según él mismo relata. No dice nada más. «No concedo entrevistas», se excusa antes de pedir un cuestionario y remitirlo a la central en Doha.
Sin respuesta. La vida le ha vuelto reservado y desconfiado. Únicamente añade una cosa con un mensaje de móvil: «Solo quería decir algo sobre mi caso en la Audiencia Nacional. El propio fiscal Pedro Rubira dijo literalmente: 'Esto es un juicio sin pruebas'».

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