La Semana Santa inicia hoy con el Domingo de Ramos que recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Es también el último domingo de la Cuaresma y la fecha con la que formalmente comienzan las actividades para conmemorar la tradición cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, pero las últimas épocas registran un alejamiento de las tradiciones ancestrales.
Fray Wilson Marte expresa que los feligreses aprovechan para cultivar la fe, el amor, el recogimiento y la aproximación a Dios. Empero, miles de personas en República Dominicana utilizan el asueto para vacacionar.
Unos van a la playa o de excursión al interior del país. Otros organizan fiestas, con gran consumo de bebidas alcohólicas y banquetes de comida. Decenas de personas pierden la vida debido a los excesos de actividades de diversión.
El cura dice que es evidente la perdida de las costumbres de nuestros antepasados, la cultura de los abuelos que consistía en guardar celosamente este tiempo.
El Viernes Santo tenía la mayor reverencia, sin hacer bulla, vivirlo en armonía, no comer carne, sin trabajar, incluso no pegarle a sus hijos, por temer a Dios.
La Cuaresma es un tiempo de reflexión personal y la Semana Santa, que es una época de cambio, está llamada a “la conversión, el ayuno y la limosna”. Estos tres rituales los trazó el Papa San León Magno, en el siglo V, como camino de la observancia cuaresmal.
Marte, vicario de la parroquia Inmaculada Concepción del sector Invi, en el kilómetro 10 1/2 de la carretera Sánchez y de la congregación Carmelitas Descalzos, afirma que la Cuaresma es un tiempo para meditar de frente a nuestro Salvador.
“Es un tiempo de conversión, de cambios, pero hay que saber, también, si estamos abiertos a ese cambio”. Pide meditar y leer el Evangelio de San Juan.
Fray Wilson Marte expresa que los feligreses aprovechan para cultivar la fe, el amor, el recogimiento y la aproximación a Dios. Empero, miles de personas en República Dominicana utilizan el asueto para vacacionar.
Unos van a la playa o de excursión al interior del país. Otros organizan fiestas, con gran consumo de bebidas alcohólicas y banquetes de comida. Decenas de personas pierden la vida debido a los excesos de actividades de diversión.
El cura dice que es evidente la perdida de las costumbres de nuestros antepasados, la cultura de los abuelos que consistía en guardar celosamente este tiempo.
El Viernes Santo tenía la mayor reverencia, sin hacer bulla, vivirlo en armonía, no comer carne, sin trabajar, incluso no pegarle a sus hijos, por temer a Dios.
La Cuaresma es un tiempo de reflexión personal y la Semana Santa, que es una época de cambio, está llamada a “la conversión, el ayuno y la limosna”. Estos tres rituales los trazó el Papa San León Magno, en el siglo V, como camino de la observancia cuaresmal.
Marte, vicario de la parroquia Inmaculada Concepción del sector Invi, en el kilómetro 10 1/2 de la carretera Sánchez y de la congregación Carmelitas Descalzos, afirma que la Cuaresma es un tiempo para meditar de frente a nuestro Salvador.
“Es un tiempo de conversión, de cambios, pero hay que saber, también, si estamos abiertos a ese cambio”. Pide meditar y leer el Evangelio de San Juan.
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